miércoles, 22 de diciembre de 2010

y otro año pasa aceleradamente... feliz 2011!

Con la perspectiva de una cierta edad, de una cierta mirada y un peinado que no cuaja del todo -admiro a aquellas que se atreven a cortar e iluminar de platino sus cabezas- observo cómo ha pasado este año, lleno de sabiduría e inicio de equilibrio. Sensación que me lleva por un sendero más independiente que colectivo, más personal e individual que familiar, menos científico y más sensual... hago lo que puedo cuando puedo, sería una máxima.

Llevo días sin nadar, por una cosa o por otra. Algo de pereza, algo de mucho frío y algo de faringitis, que afortunadamente pasa. Disfruto de la nueva compañía inesperada de María José, que seguramente me hará aprender muchas cosas y tal vez cuestionarme otras. He recobrado algo Sevilla aunque me falta una inmersión grande, y ver todo su azul. Y Málaga, la veo mi amiga, mi compañera al fin... una ciudad de pastelerías de ensueño y vinos dulces que embriagan, de hombres y mujeres amables y atractivos, de perfiles urbanos constrastados demandando una mejora que no llega... de historia o de prehistoria, gracias a los compañeros arqueólogos, que alumbran mi visión de lo antiguo o de lo muy muy lejano en el tiempo... la gran urbe comercial mediterránea, o aquellas cuevas en la montaña donde se asentaron hace tanto los primeros hombres.

La dulzura y calidez que encuentro en la vida de pareja, el compañero que te ayuda o bien hay que apoyar... con el que se sueña despierto, o se toma una sopa calentita... Rectifico: puedo hacer cosas sin él, pero qué bien poderlas hacer con él. He vivido tantos años soltera, que aún me queda mucha rémora de single. Y por ello, cuando me aturdo por el amor, o descubro un nuevo parpadeo de mi sensación vital, es como si diera un paso adelante, o notara un pequeño pero importante cambio en mí.

Felices sueños y realidad a todos!


Esta es la web de un artista americano que retrata chicos negros en poses y fondos clásicos de la pintura y escultura occidental, fantástico.
Kehinde Wiley

lunes, 18 de octubre de 2010

la ola se los llevó a su paraíso...

He vuelto a nadar fuera de verano, de nuevo en la pisci municipal. Me ha resultado familiar, incluso sencillo, cada vez me cuesta menos. Además, cuando nado no como mucho y me siento un poco más libre. Hace casi un mes regresé a mi antigua casa, la que ahora está alquilada. Las sensaciones eran completamente extrañas, yo ya no vivía allí. Lo único que me confortaba eran los mapas del mundo, Europa o España que dejé pegados a los azulejos de la cocina. Y el cartel adhesivo del cómic del baño, aquella pequeña maravilla del dibujante Enki Bilal... tapada, pues no debe gustar [tal vez algún día lo pueda rescatar].

Ellos se fueron entre las olas, con mensajes en botellas de color azul, hacia su propio paraíso. La boda de mis amigos fue una ocasión de vida y alegría, de disfrute y encuentro, de acercamiento de edades e ilusiones recuperadas, de comunidad. Larga vida al amor y a los que aún creemos en él, y a la poesía, aquella que se dice dulce y pausada en las tardes de final del verano. El azul, la arena dorada, las conchas, los pececitos, las redes de pesca, los paños blancos ondeantes... qué lujo de vida.

 Ahora que volvemos al secano los que somos de mar, a volver a esperar el tiempo del sol y el mar, de estar descalzos y poco vestidos, cómodos de verano, cuando apenas una camiseta y una bermuda dan para tantos días.

Celebro en este día, a todos aquellos que son capaces de unir en lugar de disgregar, de ilusionar en lugar de decepcionar, de mejorar y seguir adelante sin importarles las consecuencias... Ya no me complico con cuestiones morales, se trata de ser hombres y mujeres con toda la dignidad, recuperada cuando ha estado maltrecha, fortalecida después de un embate. Saltemos las olas, sumerjámonos en la ilusión.

[imagen tomada de: http://www.lightboxcreative.co.nz/?page_id=15]

viernes, 20 de agosto de 2010

en movimiento, nado y me descubro

Completamente recuperada, (un contratiempo nasal me impidió nadar en julio) inicio por fin, las vacaciones. En compañía de mi tenista casero, nos dirigimos hacia Almería, cálida y mágica.

Hoy es un día en que recuerdo el cuerpo de mi progenitor, a su vez, recordado por una amiga de la niñez: "era super atractivo, con ese bañador negro y su cinturoncito blanco... un tipazo"...  y era cierto, mi papi era casi apolíneo, más de adolescente pero conservó mucho físico con el tiempo. De hecho antes de irse, se mantenía jóven y ciclista. Quién sabe si seguirá las olas en su tabla de surf-nubes o si tendrán por allí arriba ordenadores... Ojalá creer que más adelante lo encontraría -no sólo en algún sueño esporádico- y seguir disfrutando de una vida pasada por agua celestial. Qué gratificante es soñar despierto, como leyendo, me sumerjo en imágenes y sensaciones, a veces tan hermosas...










Como las de este artista que enlazo, Till Nowak, una maravilla, tanto sus diseños por ordenador fijos como vídeos 3D (poner altavoces...), hay para pasar un buen rato. Un saludo turquesa...
http://www.framebox.de/

miércoles, 28 de abril de 2010

a dibujar, a vestir la realidad

La semana pasada, en un raptus casi, cogí las acuarelitas con su pincelito dentro, un trapo, una tacita de cerámica y el bote de agua y para el paseo marítimo como una bala. Al regreso del paso que suelo hacer hasta los Baños del Carmen, me senté para pintar, un cielo de esos que gustan, con nubes y movimiento. Y así salió, rápida y casi fácil. Es un medio ideal para hacer apuntes de paisajes. Para expresar algo rápido y vivo, de un modo muy espontáneo, ya que no hay mucho tiempo. La acuarela me agrada por su sencillez y su efecto.
También me gustan los dibujos a rotulador o boli de color. Suelo tener una gama de diferentes bolis de tinta, según grosor (0.4, 0.5 y 0.8) más uno sepia y otro plata. Esto lo empecé hace cinco años, permite dibujar rápido un apunte sutil de algo que sucede delante de mis ojos. Luego he comprado rotuladores, uno negro, otro marrón, otro ocre, y uno verde, más otro plata que casi es dorado. Y con todos  ellos a la vez, aún no he trabajado. Pero lo haré. Dibujo en un libro encuadernado de hojas para dibujar, y lo chulo es ver los dibujos sesgadamente, con lo que el plata brilla...
Ah! el tamaño de la imagen es el de una postal, aproximadamente.

miércoles, 7 de abril de 2010

casi desnuda

No fue por entrar en el museo a trabajar, allí no me cachearon ni me trataron regular, todo lo contrario, sólo he encontrado amabilidad y educación, aunque algo hay de improvisación y carrerilla. El objetivo que se pretende alcanzar es de los más altos.
No me he quedado sin ropa por el destino laboral, sino porque he pasado por el hospital. Allí te quedas desnudito, inerme y muy vulnerable y no todos los médicos ni enfermeras son especialmente amables ni considerados, más bien lo contrario. Como si se tratara de un mecanismo de reloj, cada uno cumple una función determinada controlando tiempos y respiraciones... Pero he salido adelante y ahora sólo tengo dos modelitos, además del chandal casero: uno es para salir de forma oficial que apenas varía en uno o dos detalles, el otro es para empezar mis paseos por el paseo marítimo del este en Málaga. Ayer finalmente, pude salir a andar. Tendré que esperar a maquillarme y arreglarme en... verano!

Este grabado pertenece al álbum "Statu quo ante" de Koichi Yamamoto:
http://www.yamamotoprintmaking.com/

jueves, 28 de enero de 2010

cuaderno de Frida, 1


En mi cuaderno intento hacer un par de bocetos, uno desde la Malagueta y el desnudo de Diego Santos que retrotrae a las vanguardias, visitando la exposición en el Museo Municipal. Me entretengo en el vídeo del artista y me doy cuenta que el vigilante arrastra una y otra vez sus zapatos, cruzando por delante de mi mirada, hacia un destino incomprensible, molestando, incluso saludando (!) tal vez soy de los pocos marcianos que van un domingo a disfrutar de exposiciones en Málaga. La verdad, hay muy poca gente. Ayer, precisamente estuve en la recién inaugurada exposición Ars Delineandi, en el Palacio Episcopal de Málaga. Pero no tenía mi cuaderno. Se trata de una muestra itinerante sobre las colecciones de dibujo en museos andaluces.
Se encuentra un artículo de una crítica en el número 11 de Musa (se descarga toda la revista en texto completo).

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3081002

sábado, 16 de enero de 2010

por qué nadar y por qué perder la ropa

Un día la natación cambió todo mi universo. Yo solía bañarme en el mar con gusto. Pero nadar en continuación no, y detestaba las piscinas. La natación me puso a prueba, dejé de fumar, me pedí más... mi cuerpo se ha ido transformando perdiéndo lastre y respira de forma nueva. Te habituas a la humedad, a los rituales deportivos, a no ver nada dentro del vaso, únicamente la calle por la que nadas. En ocasiones es el lugar donde me vacío y medito.
Encontré esta frase hace unos días -nadar y perder la ropa- en contraposición al dicho popular que significa una contradicción, arriesgarse para conservar, de qué sirve. Quien arriesga gana, pero también pierde lo que tenía. Y desnudos, casi siempre ganamos.
La imagen pertenece a Art Werger:
http://www.sfonlinearts.com/Art_Werger.htm

viernes, 15 de enero de 2010

en pos de un pañuelo

Perdí un pañuelo en forma de museo cuando hace casi cinco años opté por cambiar a una biblioteca pública. El traje no me quedaba mal, me defendía ajustándome el jersey. Era de buena calidad pero algo justo. Poco a poco lo sentí mío y me divertí mucho cuando formamos los clubes de lectura. El pañuelo que perdí guardaba los tesoros del museo de pinturas y su maravilloso taller de restauración... sus patios y los  jazmines, las exposiciones temporales. En su recoleta biblioteca me quedé unos cuantos años. Es el más hermoso pañuelo que he tenido. Salvo cuando decidí marchar a Italia con una beca, pero era en aquella época muy jóven y cambiaba de ropa y la perdía con toda facilidad.
Ahora me lo pienso algo más, aunque cuando conocí a mi nadador malagueño perdí toda la ropa de golpe. Por nadar junto a él cambié de ciudad. Y aquí estoy vestida con una falda escocesa algo rígida y llena de tablas desde hace más de un año. Una biblioteca pública que no me ha acabado de vestir a gusto, salvo por sus cariñosos compañeros. En unas semanas cambiaré nuevamente, no deseo hacerme ilusiones sobre el color o la forma del vestido. Volveré a un museo, tal vez el vestido que sueño desde adolescente con el escote en la espalda...
Dejo aquí una foto que encontré de Cabo de Gata, Almería. Allí este verano nos llovió con calor y olas de un azul transparente turquesa.
Encontraréis muchas buenas fotos en:
http://www.fotonatura.org/